Black Is ... Black Ain't es una mirada descaradamente franca y honesta, y en ocasiones humorística, sobre la identidad negra en Estados Unidos. En su proyecto final antes de perder su batalla contra el sida, el aclamado director Marlon Riggs desafía la definición tradicional de negritud al tiempo que hace un sonoro llamado a los afroamericanos para que celebren la diversidad dentro de la comunidad para que se pueda lograr el sueño de la unidad. Una crítica poderosa e inteligente del racismo, el sexismo y la homofobia, la película entrena un foco brillante sobre la exclusividad y rigidez de las instituciones negras de la familia, la iglesia y la comunidad.