Ramón Salas ingresa en la prisión del Dueso. Se trata de un vividor que vive de los sablazos y préstamos si devolución que saca de su familia o de alguna partida de cartas. Su personalidad se completa con su vocación de cantante folclórico. El éxito que tiene con las mujeres le lleva a olvidarse del compromiso que tiene con Carmen, su paciente novia. Ramón posee una habilidad artesanal en la talla de esculturas. Seducido y presionado por Mari, entrará en contacto con un criminal y le incitará a que extraiga un paquete de droga de unos laboratorios.