Los paleontólogos llevan ya muchos años intentando dar forma a uno de los carnívoros más grandes que han existido nunca. Han estudiado sus huesos y analizado sus fósiles, pero ahora, por primera vez, vamos a conseguir lo inimaginable, algo que nunca se había intentado antes: hacer la autopsia a un dinosaurio. Imagina un laboratorio de biología que está ocupado casi en su totalidad por un espécimen de catorce metros, listo para ser diseccionado.El animal tiene una piel parecida a la del cocodrilo, un corazón cien veces más grande que el del hombre, ojos del tamaño de balones y unos dientes serrados de hasta treinta centímetros. Está clarísimo que no se trata de un experimento rutinario. “T-Rex: Autopsy” se meterá literalmente, y por primera vez, bajo la piel de un ejemplar de tiranosaurio, para intentar descubrir cómo vivía realmente esta bestia de sesenta y siete millones de años.