En Melchor Romero se encuentra el hospital neuropsiquiátrico Alejandro Korn, un gran espacio verde donde a primera vista no se ven las salas de encierro. La necesidad y la urgencia de registrar un lugar como este y a sus usuarias se hace visible en Cruzar el muro. Lorena vive en el neuropsiquiátrico desde hace más de 20 años, le encanta cantar y actuar. Agustina también vive allí y le gusta pintar. Ambas tienen el deseo de salir del hospital, de vivir en otro lugar. En cambio, Norma vive en Capital Federal, se externó hace un tiempo y vuelve al hospital para ser parte de un mural y visitar amigas. El deseo de externación es de todas, hay un cambio que está latente cuando parece que nada cambia.